Maestro de bestias – Parte 2

Mid

25/Abr/2018

star wars sith master

Yavin 4, 9 ABY

[En el templo]

Unas semanas después del incidente con las bestias en las ruinas, en donde Emiwan y Ninzsee fueron contagiados por un virus desconocido que permanece latente en sus sistemas, el maestro Midtaurus convoca a un grupo de iniciados para contarles acerca de una señal de holocrón que habían captado durante aquella misión. Ésta provenía del sistema de drenaje de una parte del templo que nunca fue terminada, por lo que se les asigna a los iniciados Juan, Vi-Sho y Ninzsee la misión de investigar el lugar.

[Cloacas]

El grupo de iniciados se adentra en las cloacas del sitio abandonado, en el cual comenzaba a sentirse levemente el lado oscuro, hasta toparse con una puerta trabada. Mientras Juan y Nin revisaban la puerta, Vi-Sho notó una ruta alternativa: el acceso a un túnel que se encontraba bajo el puente justo antes de la puerta trabada.

Los iniciados sentían escalofríos, producto del flujo de viento en el túnel y luego por los sonidos emitidos por unas extrañas criaturas con aspecto de gusano. Éstas asustaron por un instante a los iniciados, pero pronto se dieron cuenta de que eran inofensivos. El grupo se disponía a continuar la marcha, pero de pronto una de estas criaturas saltó sobre Ninzsee, quien iba más atrás. Nin rápidamente se lo quitó de encima, pero mientras se preparaba para defenderse notó cómo ésta continuó su camino sin prestarle atención. Juan, quién presenció el “ataque”, asistió a Ninzsee comentando que la vió saltar y mantenerse flotando levemente desde el agua residual, mientras Ninzsee estrujaba la parte mojada de su ropa.

Continuando por las cloacas, el grupo nota una abertura en la tierra que lleva a una cueva mientras Ninzsee advierte de otra que se ubicaba en la parte superior de la cueva, por donde se asomaban unos rayos de luz. Vi-Sho fue el primero en lanzarse al interior de la cueva, tras lo que de inmediato advirtió peligro y, antes de que pudiera decir que no se acercaran, los tres iniciados se encontraban parados delante de lo que parecía un acklay al interior de la cueva bloqueando lo que a primera vista era el único camino.

Entre los tres, intentando moverse lo menos posible, buscaron una vía alternativa entre la oscuridad de la cueva, pero sin éxito. De pronto Vi-Sho decidió acercarse al acklay para luego rodearlo. Juan y Ninzsee intentaban disuadirlo a medida que se acercaba, pensando que provocaría a la bestia, pero eso no ocurrió. La bestia de seis garras ignoró a Vi-Sho por completo, como si no lo hubiera visto. Sorprendidos por ésto, Juan hace lo mismo que su compañero y logra rodear al acklay. Luego Ninzsee intenta seguir sus pasos, pero de inmediato se percata de que la bestia lo sigue con la mirada, a diferencia de sus compañeros jedi, y les advierte de ésto, a lo que Juan le dice que ignore a la criatura. Ninzsee decide obedecer y avanzar, ignorándola, mientras Vi-Sho y Juan continuaron a lo más profundo de la cueva. De pronto la bestia, mirando al iniciado, comienza a moverse hacia él. Ninzsee retrocede rápidamente mientras es perseguido por el acklay, quien intenta acorralarlo con sus garras delanteras, e intenta hacer tiempo hasta que lleguen sus compañeros, pero no contaba con que éstos tendrían sus propios problemas.

Vi-Sho y Juan se encontraron un ser sombrío quien dijo estar esperándolos, según predijo su maestro, justo antes de lanzar un ataque contra los dos iniciados. En pleno combate, Vi-Sho nota la ausencia de Ninzsee, por lo que, aumentando su esfuerzo, los jedi lograron coordinarse para derrotar a su enemigo sin ningún rasguño. Tras un breve respiro, retrocedieron para ver qué había pasado con su compañero. Cuando llegaron, Ninzsee se encontraba lastimado y cansado. Luego, aprovechando el empedernimiento de la criatura, Vi-Sho y Juan acabaron con ella rápidamente. Tras ésto, Juan sana la herida de Ninzsee mientras le cuentan de su encuentro con el aparente sith.

Una vez estando todos de pie, continúan el camino al interior de la cueva hasta llegar al fondo, en donde se encuentran de cara con un holocrón que emanaba el lado luminoso. Vi-Sho fue el encargado para cargar el holocrón de vuelta, ya que Juan se encontraba sirviendo de apoyo a Ninzsee.

Al dar media vuelta para retirarse, los iniciados escucharon un sonido que dos de ellos ya habían oído hace poco. Camino a la salida de la cueva, los jóvenes jedi se toparon con una de las bestias de las ruinas de su misión pasada, unos terentatek que se lanzaron con furia sobre los intrusos, además de unas figuras oscuras que cubría la salida de la cueva. Jedis oscuros listos para su primera lucha se preparaban para emboscar a los iniciados. El plan de los jedi fue unánime. Entre todos decidieron escapar lo antes posible, evitando a las bestias y abatiendo a los oscuros, quienes resultaron no ser más que meros usuarios de sable láser.

Aun con todos sus esfuerzos, sólo dos de los jedi lograron salir. Vi-Sho, acorralado por una de las bestias, no lograba encontrar su camino a la salida, por lo que Ninzsee decide bajar otra vez para intentar llamar la atención de las bestias mientras Juan rescataba a Vi-Sho, poseedor del holocrón. Apenas Juan llegó a la superficie con Vi-Sho, se encontraron con otro oscuro quien daba por muerto al grupo jedi. Juan, defendiendo a su compañero, se enfrentó al sith y lo derrotó limpiamente. Acto seguido tomó su comunicador y le indicó a Ninzsee que saliera del lugar como fuera posible. Con las energías que le quedaban tomó a Vi-Sho y se dirigió a la salida.

Para su desgracia, un tercer jedi oscuro bloqueaba la salida de las cloacas y el escape de Juan y Vi-Sho. Expresando su deseo por obtener el poder para sí mismo ahora que sus hermanos estaban muertos. Fue Juan quien se enfrentó a este tercer sith y lo derrotó sin sufrir lesiones, usando el terreno a su favor. Con todas sus amenazas fuera del camino, subieron a la superficie. Por su parte, Ninzsee a duras penas logró escapar luego de cortar en pedazos al terentatek que le seguía y usar la abertura superior que había visto antes para salir a la luz del dia otra vez.

[De vuelta al templo]

Vi-Sho, quien había llegado escupiendo sangre, es puesto de inmediato en el tanque de bacta. Juan fue quien reportó lo sucedido al maestro Midtaurus, haciéndole entrega del holocrón mientras que, junto al iniciado Altair, controlaban la recuperación de Vi-Sho. Ninzsee se excusó fingiendo que no tenía lesiones y se marchó a meditar, con su mente algo confusa luego del fulgor de la batalla.

Al final del día se recibió un reporte de parte de los técnicos de la resistencia informando que habían logrado desencriptar la información contenida en el droide. Éste poseía información de más de 500 años acerca de lugares y nombres, incluyendo mapas de lugares como el templo. Otra información relevante fue el descubrimiento de la existencia de un laboratorio dentro de una nave que fue destruida hace más de 20 años en Jakku. Vi-Sho, impaciente por encontrar la cura al virus decide ir cuanto antes, pero Juan le recuerda lo importante que es su salud. El último registro contenido por el droide antes de que se desactivase fue generado hace 5 años y decía: “Los jedi están atacando… enviando mensaje al gran maestro… emperador”. Todos reaccionaron con preocupación, aún cuando el contenido del mensaje parecía ilógico sabiendo que el maestro Skywalker había derrocado al emperador hace años. Aparte de los datos recabados por el droide, se informó que la resistencia no había sido contactada por Fulcrum desde hace 3 semanas y, por su parte, tampoco lo había sido el templo. Preocupados por la amenaza creciente que se cierne sobre el templo, el maestro Midtaurus decide enviar a los iniciados Altair, Vi-Sho y Ninzsee a Jakku, con la esperanza de encontrar la cura al virus.

[Fin]